·HUNTER
Hacía
ya una hora que estaba al otro lado. Tenía que darme prisa. Antes de llegar
había avisado, pero hacía ya mucho tiempo que no nos veíamos. Sus caras al
verme fueron de sorpresa. Por lo que había crecido, dijeron. Hombre, la última
vez que me vieron yo tenía cinco años. No es de extrañar. Hablé un rato con
ellos, nada nuevo. Pero la niña adorable con el pelo rubio rizado que yo
recordaba no había llegado. Era la única que me podía acercar ella.
·ANGIE
No
sabía cómo demonios habíamos llegado a ese punto de la conversación. Había sido
un día normal, hasta que lo vi en mi habitación, sentado en mi cama,
esperándome. Saludarnos con un “Hola” es bastante, creo yo, después de diez
años sin verle. Quizás once. Pero resultó que no era suficiente. Había venido
aquí a por algo. Mi primo nunca se movía sin motivo. Me lo dijo sin rodeos.
“Necesitamos a Érica Huge” habían sido sus palabras. Me negué, obviamente. La
gente como él no era de fiar. “La cogerán…” blablablá “Todos moriremos…”
blablablá “Será el fin”. No paró de repetir lo mismo las tres horas que estuvo
tratando de convencerme.
-No.-dije
por millonésima vez.- No permitiré que pongáis a mi mejor amiga en peligro.
Nunca.
-Angie,
por favor. Tengo que volver con ella. Es urgente. No te lo pediría si no lo
fuera. Lo sabes.
-Llevo
DIEZ AÑOS sin saber nada, sin enfrentarme a lo que soy, sin ver de dónde soy. Y
no ha pasado todo ese tiempo para nada. No vais a poner en riesgo toda mi vida.
Toda mi NUEVA vida. Ni tú, ni tu dichosa organización, ni nadie.
-Angie.
Escúchame bien. Moriré yo. Morirás tú. Morirá ella. Caeremos. El Camino está
débil. Quieren matarnos. A todos.
-¡Coged
a otro!
-No
hay otros, ese es el problema. Solo queda ella.
-Mira,
por dejar de discutir. ¿Qué la vas a decir? ¿Le vas a mirar con tus ojos grises
y ya? Tienes mucho encanto y todo lo que tú quieras, pero no se va a tragar eso
de los diferentes lados. Ni con tus ojos. Recuerda, este lado es muy distinto
al tuyo.-Me di cuenta de una cosa.-Al nuestro-Lo arreglé, y me sonrió.-
-Pero
a ti si te creerá.-Me guiñó un ojo.
-¡¿Qué?!
Oh, no. Ni de broma. Yo te la presento y tal, como mucho. De lo de hablar te
encargas tú.
-Gracias,
gracias, gracias. Oh, Angie. ¿Sabías que eres la mejor prima del mundo?-Me dio
un beso en la mejilla-
-Bueno,
bueno, ya basta de ataques cariñosos por hoy.-Le empujé. Se rió. Lo había
conseguido. Ese chico tenía un encanto natural. Puede que solo conmigo. Yo
conocía al niño de cinco años que antes de irme me dio un regalo. Para que no
le olvidase. Para que siempre estuviese con mi primo.
Llamé
a Érica. Tenía que hacerlo. Él me había prometido cuidarla. Me lo había
prometido de corazón.
-¿Sí?
-Hola
Brian-Sonreí- Soy Angie.
-Heeey,
Angie, ¿qué tal guapa?
-Muy
bien, jajá. ¿Me pasas con Érica porfa?
-Claaaaaro
que sí, señorita.-Su tono de burla me hacía reír siempre.- Éricaaaaaa-se oyó
por el teléfono. Tardó un rato en responder de nuevo- Bueno, te la paso, un
beso.
-Adióoos.
-Hoooola
-Oye
una cosa…
-Dime.
-Acaba
de llegar mi primo a la ciudad y he pensado que si querías venir conmigo a enseñarle esto. ¿Te apetece?
-Por
supuesto. Dame cinco minutos y estoy ahí.
-Vale,
te espero, un beso.
-Hasta ahora.
Y efectivamente, Érica llegó en cinco minutos. Durante la
espera, mi primo se puso muy nervioso. No sabría como decirle todo. Aquí eso es
algo muy difícil. Pero porfin llegó mi amiga. Llamó al timbre tres veces seguidas.
Como hacía siempre. Abrí la puerta. Mi primo estaba detrás mío.
-¡Hola!-Le dije a Érica nada más verla.
-Hola.-Sonrió a mí primo.-
-Hola.-Dijo este.-
-Bueno, Érica- llegó el momento de las presentaciones- este
es mi primo, Hunter.
chanchanchanchan............ jajaja
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