Páginas

Photobucket

lunes, 13 de febrero de 2012

CAPÍTULO 4 - ÉRICA


- ¡¿Qué?! - Debía de ser como la quinta vez que hacía esa pregunta en los últimos treinta segundos. Pero es que había una cosa que no entendía. Una cosa MUY GRANDE. ¡¿Por qué c****** había venido ese chico a por mí?! Nadie lo entendía. Bueno, lo entendían él y Angie, que no paraban de mirarse. - Bueno, ¡¿me lo vais a explicar o no?! - Me alejé un poco y les miré a los dos. Estaba totalmente estresada. Normal.
- Érica, relájate, en serio. Estás muy nerviosa - Dijo Hunter. - Todo esto tiene una explicación muy…
- Qué me relaje, dice. ¡Qué me relaje! ¡¿Cómo quieres que me relaje eh, listo?! Tú, un completo desconocido, por cierto, acabas de decirme que has venido a por mí. A POR MÍ. Yo creo que eso es un poco agobiante ¿no? ¡¿Cómo se relaja alguien en esta situación?!
- Respirando hondo. Venga no es tan difícil. - Contestó tranquilamente con una media sonrisa en los labios. Perfecto, me estaba vacilando. Es que ese chico me ponía de los nervios. Empezó a coger aire muy lentamente, lo mantuvo en los pulmones y lo soltó más despacio de lo que lo había cogido. - Venga ahora tú. - Continuó. - Inspiiira - Cogió aire. - Espiiiraa - dijo mientras lo soltaba.-
- Mira. - Le corté. - O me dices, me decís - miré a Angie – lo que pasa aquí o…
- ¿O qué? – Preguntó Hunter con su irritante tono de voz. - ¿Llamarás a la policía? ¿A tus padres? Lo negaremos todo. Así que las opciones te las doy yo: o te relajas y te lo cuento o te fastidias. – Tenía razón. Mucha razón. Respiré hondo, tal y como Hunter me había dicho. Se rió, triunfante. - ¿Ves? Vas a tener que ir acostumbrándote a aceptar que si haces lo que yo digo te irá mejor.
- Bueno – dije más calmada, pero en tono cortante, ignorándole completamente. -, ya me he relajado. ¿Me lo cuentas o no?
- Claro que sí. Pero…
- ¿Y ahora qué?
- Caaaaalma. Vas a tener que seguir dos reglas. Las típicas dos reglas, ya sabes.
- ¿Cuáles?
- Créeme. No va a ser fácil, pero me vas a tener que creer. Y no me interrumpas. No va a tener sentido hasta el final, así que espera a que termine, y si aún así, tienes preguntas, las haces. Pero al final. ¿Queda entendido?
- Sí.
- Oye chicos. - Intervino Angie.- ¿Y si mientras discutís, os contáis la historia y todo eso, vamos andando hacia casa? Es que está oscureciendo y no me apetece quedarme aquí mucho más.
- Vale. - Dijo Hunter.
- Ok – Dije yo.  Comenzamos a andar. – Pero empieza. YA.
- Bueno, sin exigencias, ¿eh? En fin, lo que tengo que aguantar… - Como lo odiaba, en serio. - A ver, ¿cómo te explico esto?- Continuó. - Pues verás, hay como, un especie de… de… de, llamémoslos, mundos paralelos. – Me estaba tomando el pelo. Perfecto. Abrí la boca para decirle algo. – He dicho, que no me interrumpas – Me cortó.-, y necesito que me creas. Érica, es importante. – Cerré la boca. – Bueno, ¿por dónde iba? ¡Ah sí! Los mundos paralelos. Pues de esos “mundos paralelos” – Hizo el gesto de las comillas con los dedos. –, hay cuatro. El tuyo, el número uno; el mío, el dos; el tres, y el cuatro. Además están comunicados entre sí por caminos. El camino más importante, llamado “El Camino”, es el que comunica tu mundo con el mío, los dos únicos mundos en los que hay gente y, por tanto, los más poderosos. Esos caminos, solo se pueden cruzar si eres un Viajero, como yo, o si vas acompañado de un Viajero, como hizo Angie hace unos diez años, ya que sus padres son Viajeros. Ser Viajero no es algo que se aprenda, sino que se nace Viajero, es una especie de gen. Cada Viajero tiene un nivel de energía distinto, según del mundo que sea. Ese nivel de energía es el que permite abrir los portales para entrar y salir de los caminos y avanzar por estos sin que desmoronen, ya que alterar el flujo de energía interno de un camino podría acarrear desastrosas consecuencias para los mundos. Hasta ahí todo bien. Pero hay un pequeño problema. La mayoría de los Viajeros de tu mundo se han juntado en una especie de organización y se hacen llamar los Guardianes. Quieren controlar el paso por los caminos, poniendo peajes, mandando sus mercancías, ya sabes. Ganar dinero fácil. Quieren juntar su energía y abrir y cerrar el camino según les venga en gana. Cosa que alteraría la energía interna de “El Camino”, lo desmoronaría y nuestros mundos acabarían por “caer”. Y terminaríamos todos muertos. ¿Hasta ahí lo entiendes? – Habíamos llegado ya a casa de Angie y estábamos subiendo a su habitación.
- ¿Sinceramente? – Asintió. – No.
- A ver, te haré un esquema. - Y cogió un bolígrafo y un folio y empezó dibujó algo como esto:



 - ¿Mejor? – Me preguntó, como si fuera tonta.
- Un poco. Pero sigo sin entender qué pinto yo aquí.
- Pues muy sencillo. Yo estoy unido a La Resistencia en contra de los Guardianes, en una organización llamada El Secreto. Y mi función es reunir a todos los Viajeros posibles para que al unir nuestras energías podamos impedir que los Guardianes controlen El Camino. ¿Me sigues?
- No mucho.
- A ver. Para entrar y salir de los caminos hay que pasar por unos portales, que solo los Viajeros, gracias a su energía, pueden abrir y cerrar. Cuantos más Viajeros se unan, más energía se concentra y más capacidad para abrir o cerrar portales se tiene. ¿Sí?
- Eso sí. Pero... sigo sin saber qué hago yo en todo esto.
- Vale. Tú eres una Viajera. Del mundo uno. Los Viajeros de tu mundo, por norma general, tenéis más energía que los del mío. Te necesitamos. Eres la única Viajera de este mundo que queda sin unirse a los Guardianes. Contigo seremos mucho más fuertes y, creo, que conseguiremos ganarles.
-¿Eh? A ver si me entero. Suponiendo que sea verdad lo que dices, ¿yo soy una Viajera, es decir, que puedo hacer viajes interdimensionales de algún modo, que me tengo que unir al grupo en el que estás tú para evitar que los Guardianes, que son unos Viajeros malos, se apoderen de El Camino, la vía entre tu mundo y el mío, o moriremos todos?
- Eh… sí.
- Pues, mira, por mucho que lo intente, no puedo creerte, la verdad.
- Érica – intervino de repente Angie. – dice la verdad. Mírame. Yo soy incapaz de mentirte. Me conoces desde hace mucho. Créeme a mí.
- Angie, yo…
- Por favor. - Me suplicó. Estaba a punto de llorar. – Sabes que no haría esto si no fuera importante.
- Mira, lo intentaré. Por ti. Pero no te prometo nada.
- Bien. - Dijo Hunter con una sonrisa en la cara. – Bueno, ¿nos vamos?
- ¿Ya? Pero no he preparado nada.
- Puedo esperar hasta mañana, no más. Es el tiempo que tenemos.
- Si quieres digo que te vienes de vacaciones conmigo.- Propuso Angie. – Mañana acaban las clases y mis padres participarán encantados.
- Vale… Pero no sé si mi madre me dejará…
- Tranquila mis padres se encargan.
- De acuerdo. – Suspiré. Seguía sin creerme nada, pero daba igual ¿no? Si era una especie de broma... Ya se vería como acabaría todo.
Los padres de Angie llamaron a mi casa y, misteriosamente, consiguieron convencer a mi madre. ¿Cómo? Eso nunca se sabrá. Aunque me hubiese gustado saber qué truco utilizaron con ella, para utilizarlo yo más a menudo. En fin.
El día siguiente transcurrió como cualquier otro día. Más o menos. Bueno, era el último día de clases del año y todo el mundo estaba nervioso. Yo por partida doble. Terminaron, por fin, las clases y nos fuimos a casa. Me puse a hacer la maleta con mi madre. Formalidades. No creo que fuera a llevarme la maleta a ese otro mundo, o lo que fuese. Pero tenía que parecer que me iba a la playa. Me despedí de mi madre y fui a hacer lo mismo con Brian.
- Eh feo, me voy. – Dije entrando en su cuarto. Se levantó de la cama para darme un abrazo.
- Bueno, pequeñaja, ya sabes: nada de irse con un surfero ¿eh? Que no me entere yo…
- Descuida. – Le abracé. – Te echaré de menos. – Esto lo dije pensando a donde me iba realmente.
- Te lo pasará bien, ya verás. – Me separó y sonrió. – Anda vete.
- Adiós. – Le sonreí. Y me fui.
Cuando llegué a casa de Angie estaban todos en el cuarto de mi amiga. Me abrió su padre, que me acompañó a la habitación.
- Hola. - Saludé al subir.
- Anda, mira, nuestra pequeña amiguita viajera. – Dijo Hunter con una sonrisa. Me iba a tener que acostumbrar a él, así que le ignoré. –
- Hola, Érica. – Dijeron, ignorándole también, Angie y su madre.
- Bueno, yo ya estoy. ¿Qué tengo que hacer?
- De momento, voy a abrir el portal. Como si fuera yo solo, para que no sospechen que vienes conmigo. –Dijo Hunter. – Luego pasaremos los dos. Y nos iremos. Ya verás. El Viaje te gustará. Es… relajante. – Me guiñó un ojo.
- Vale. – Intenté mostrarme totalmente indiferente ante él y su sexy guiño de ojo.
Hunter se puso a hacer no se qué con el espejo de Angie. Supuse que ese sería el portal. Qué típico. Un espejo como portal. Bueno, en algo tenían que basarse las películas.
- Mierda. – Dijo de repente, realmente asustado.- ¡Oh, no! ¡Venga ya!
- ¿Qué pasa, Hunter? – Inquirieron los padres de Angie, preocupados.
- Los Guardianes. Han tomado ya el Camino.

3 comentarios:

  1. OH!! me ha encantado el cap.Esto es muy raro, y ahora k van acer si los guardianes han tomado el camino??? ps nose bueno publik prontito k me has dejado con la intrigaa >.<!!
    bss y pasat por mi blog jajaja!!
    Winter

    ResponderEliminar